Emisiones de cloroflurocarbono (CFC)
Los
clorofluorocarbonos (CFC) son una familia de compuestos formados por átomos de
Carbono, Flúor y Cloro. Estos compuestos no son tóxicos, ni inflamables y
tienen una reactividad muy baja. Además tienen unas propiedades físicas que los
hacen muy eficaces como refrigerantes. Por todas estas características, los CFC
son unos compuestos muy útiles comercialmente; con extensas aplicaciones como
refrigerantes, gases propelentes en espray y en espumas, aislantes, etc., e
incluso como limpiadores por sus propiedades disolventes.
Son usados principalmente con fin industrial, tanto para la formación de
aerosoles como para la creación de refrigerantes además de otros artículos,
tanto de uso personal como industrial e informático. Se ha propuesto que
el mecanismo a través del cual los CFC atacan la capa de ozono no es una reacción fotoquímica: al incidir la luz
sobre la molécula de CFC, se liberaría un átomo de cloro con un electrón libre,
denominado radical cloro, muy reactivo y con gran afinidad por el ozono, que
rompe la molécula de este último.
La reacción sería catastrófica; la teoría propuesta estima que un solo
átomo de cloro destruiría hasta 100.000 moléculas de ozono. Algunos alegan que CFC permanece durante más
de cien años en las capas altas de la atmósfera, donde se encuentra el ozono,
pero esto es imposible dado que las moléculas de CFC tienen un peso molecular
que varía entre 121,1 y 137,51 mientras que la densidad de la atmósfera es
29.01, por lo que las escasas moléculas de Freones que llegan hasta la
estratósfera caen en poco tiempo de regreso hacia tierra.
Los estudios de
Fabián, Borders y Penkett (ref: P.Fabian, R. Borders, S.A. Penkett, et al.,
“Halocarbons in the Stratosphere.” Nature, (Dec. 24) pp. 733-735) demostraron
que los Freones F-11 y F-12 alcanzaban un máximo de 29 a 32 km de altura, en
donde sus concentraciones varían entre 0,1 a 10 ppb (partes de billón).
Considerando que la energía necesaria para que la radiación UV disocie a la
molécula de CFC tiene que ser igual o mayor que la de la banda UV-C (286-40
nanómetros), y esta radiación es totalmente absorbida por el oxígeno más arriba
de los 45 km de altura, la radiación necesaria para disociar a los CFC no llega
hasta la altura donde se encuentran las primeras moléculas.
Fuentes:
Rodríguez, B. L.
(1998). Consumo y medio ambiente. Madrid: UNAE.
Pérez, J. L. (1997). Educación ambiental. Madrid.
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